Cheshire: Esto depende en
gran parte, de a qué sitio quieras llegar
Alicia: No me importa
mucho el sitio...
Cheshire: Entonces tampoco
importa mucho el camino que tomes....
El sinfín de situaciones que nos
causan sufrimiento hace que en algún momento dudemos porqué camino
ir. La terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) creada por Steven
Hayes es una terapia denominada de Tercera Generación con gran
evidencia empírica.
Esta terapia nos indica que para dejar
de estar atascados en una situación de sufrimiento debemos
dirigirnos hacia un objetivo, una meta que nos haga reanudar la
marcha en la vida, aceptar la situación y comprometernos con dicha
tarea.
Socialmente sufrir no está aceptado,
en seguida tenemos que reponernos y estar alegres y sino recurrimos a
los fármacos que nos adormecen las emociones y la consciencia.
Es precisamente querer olvidar, querer
reponerse lo antes posible lo que hará sentirnos peor y seguir con
el problema. Querer olvidarnos a toda costa por no sufrir más hará
que consigamos el efecto contrario, pensaremos más en ello y por
tanto seguiremos pasándolo mal. Seguir hacia delante aceptando las
emociones y caminando con otras preocupaciones y alegrías, hará que
poco a poco desvanezca esta situación. No que olvidemos, sino que lo
aceptemos y sigamos viviendo.
¿Por qué actuamos así? Desde muy
pequeños el aprendizaje está mediado por el lenguaje y su
simbolismo. Los mensajes que nuestros padres nos dan afectan nuestras
actitudes futuras. Y diréis, ya está, la culpa es siempre de los
padres. No, socialmente está normalizado, los mensajes son los tipo
“no llores más” “debes ser valiente” “tienes que
controlarte”....y sino lo conseguíamos era porque no nos
esforzábamos lo suficiente y lo hacíamos mal....
Estos debes que, tienes que....son los
que han hecho que cuando vivimos una situación dolorosa la queramos
evitar a toda costa.
Tenemos que entender las emociones y
sentirlas, ponerlas nombre, experimentarlas y saber porqué ocurre.
Son avisos de que algo va bien o va mal, nos da información que si
acallamos con fármacos como tranquilizantes o antidepresivos estamos
desaprovechando su función adaptativa.
Es esta parte verbal la que nos vendrá
a la cabeza como pensamientos y harán que sintamos unas emociones u
otras. Un pensamiento no quiere decir que sea cierto por el simple
hecho de que nos venga a la cabeza. Hagamos caso a la experiencia.
Las valoraciones también nos afectan,
una valoración negativa mermará nuestras capacidades. Tenemos
aspectos positivos y negativos y no tienen que ser permanentes,
podemos cambiar estos aspectos y conservar nuestra identidad. Una
persona puede ser en un momento de su vida patosa y en otro momento
dejar de serlo, somos un todo compuesto por varias facetas.
El objetivo es caminar y saber hacia
dónde (al contrario de lo que le ocurre a Alicia en el país de las
maravillas que no sabe hacia dónde ir) no tenemos que ser los mismos
de antes, ni vivir igual, tan solo conseguiremos no estar paralizados
y el sufrimiento perderá intensidad. Dejaremos de estar estancados
para retomar el control de nuestras vidas.
Alicia tiene multitud de aventuras que
le llevan a adaptarse y conseguir volver a su realidad que tantas
dudas y sufrimiento le creaba...
Cuando
no sepamos cómo tomar la decisión habrá que reunir razones
importantes para seguir un camino u otro y arriesgarse, si sale mal
aprenderemos de la experiencia y optaremos por elegir otro camino,
probar y probar....hasta conseguir lo que queremos, lo que nos haga
feliz.
Será
este compromiso y lo recorrido lo que nos alivie ese malestar. No
debemos estar siempre bien y evitar cualquier incomodidad, hay que
enfrentarse a las dificultades.
En
el libro “La mente o la vida, una aproximación a la terapia de
aceptación y compromiso” de Jorge Barraca, 2ª Ed. Desclée de
Brouwer, 2007, nos habla sobre esta terapia, nos explica un
experimento que resume todo lo comentado anteriormente.
Piden
a unos sujetos que sumerjan la mano en agua muy fría. inicialmente
todos sufrían a corto plazo, pero aquellos que habían tratado de
eliminar conscientemente la incomodidad, recordaban más el malestar
y lo juzgaban como más desagradable que aquellos que lo habían
aceptado sin más.
Os dejo un ejercicio de Steven C. Hayes, Kirk Strosahl, Kelly G. Wilson (Terapia de aceptación y compromiso, proceso y práctica del cambio consciente, Mindfulness, Ed. Descleé de Brouwet, 2015) para empezar a ponerlo en práctica. La metáfora de la lucha contra el monstruo
Imagínese
que su problema o lo que le hace sentir mal es el monstruo y usted es
la persona que lo está sujetando al otro lado del foso. Mientras que
el monstruo esté dormido y tranquilo, usted puede
verlo pero cuando se despierta se hace insoportable, estando en todo
momento intentando tirarle al foso. A veces cuando tira de la cuerda
parece que se calma. Lo que ocurre es que a lo largo del tiempo de
tanto tirar y tirar, usted está a punto de caer al foso.
Haciéndose éste cada vez más poderoso. Como consecuencia
tiene que estar pendiente constantemente de tirar de la cuerda y de
que el monstruo no tire a su vez.
¿Sueltas
la cuerda y ves al monstruo? O ¿dejas que tu vida dependa de la
cuerda?
Buen articulo, da para reflexionar y aporta una nueva perspectiva desde la que empezar a cambiar el modo en que afrontamos las situaciones negativas.
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