martes, 29 de agosto de 2017

¿Y TÚ? ¿TE QUIERES?

¿No te ha pasado nunca que hay épocas en las que no estáis conformes con alguna parte de vuestro cuerpo, el peso, altura, con vuestra forma de ser, en general con vosotros mismos? ¿tenéis el autoestima bajo?. Es probable que sea temporal o que incluso sea algo generalizado. Bien, vamos a ver cómo podemos solventar estas inseguridades y conocer un poco más el autoestima.
El autoestima es según Rosenberg “la totalidad de los pensamientos y sentimientos de la persona con referencia a sí mismo como objeto” es el concepto que tenemos sobre nosotros mismos. Está formado por tres componente según Jose Manuel Lorenzo (2007): el cognitivo (lo que pensamos de nosotros mismos, es decir el autoconcepto, como nos representamos mentalmente o autoimagen), componente afectivo (cómo nos sentimos, es decir el juicio de esas representaciones) y componente conductual (cómo actuamos, la búsqueda de la autoafirmación y la consideración de los demás).

Hay varios niveles de autoestima, alto, medio y bajo, cuando es bajo es cuando nos afecta negativamente, sintiendo emociones negativas como inferioridad, tristeza, celos, miedo al rechazo, frutración....el motivo es porque hay alguna necesidad básica que no está siendo satisfecha, a nivel físico o emocional, es decir a nivel de desarrollo como persona en cualquier ámbito de la vida (Piaget,1985). Estas necesidades según Maslow están representadas en la siguiente imagen y para que tengamos un bienestar total deben ser satisfechas desde abajo de la pirámide hasta arriba.
 
Hay ocasiones donde estas necesidades están cubiertas pero seguimos teniendo una evaluación negativa sobre nosotros mismos (nivel cognitivo) ¿A qué puede deberse?
Vivimos en una sociedad del culto al cuerpo, donde lo joven, delgado, musculoso, ser alto/a, tener unas piernas kilométricas, pechos grandes y firmes, etc...... es lo más hermoso y sino tienes estas cualidades no puedes triunfar en tus relaciones o conseguir estatus social. Fuera de lo que nos establece la sociedad, fuera de tener todas estas cualidades, hay personas con todas ellas y aún así siguen preocupándose por su cuerpo, por el que dirán......y ahí está el fallo, da igual que seas moreno, rubio, pelirojo, alto, delgado, gordo....da igual, eres tú y eres diferente, y eso es lo bonito, es lo que nos hace especiales. Ahora hay que aprender a querernos a nosotros mismos, porque da igual como seas, lo que reflejas de ti es lo que ven los demás.
Es importante estar contentos con nosotros mismos ya que esta seguridad es lo que nos hará ganar fortalezas para la vida diaria en cualquier ámbito, en la oficina, en la familia, en las relaciones personales, en el deporte....no el ser guapo o guapa como la revista o el programa de moda.

Os voy a poner un ejemplo, imagináos una persona, da igual que sea hombre o mujer, ésta realiza evaluaciones sobre sí misma y lo físico representa el 90%, ¿esta chica/o solo es físico?, estas evaluaciones son todas negativas, que soy fea/o, que mira que nariz, que me faltan labios, que no tengo pechos, que no tengo músculos, que, que, que, quejas, quejas, quejas.....MAL!
Cómo vas a ser feliz contigo misma/o sino haces más que decirte cosas negativas, sino haces más que quejarte, sino haces nada por hacer cosas que te hagan feliz fuera del aspecto físico???????? Abre los ojos y empieza a vivir, no a imitar. Si hay algo que no te gusta, cámbialo, no te quejes, se responsable de ti mismo y de lo que quieres en la vida en general.....sino puedes cambiarlo quizá podrías plantearte aceptarlo y centrarte en tus puntos fuertes y comprometerte en otros aspectos de tu vida (terapia de aceptación y compromiso).
Y si en vez de levantarte por la mañana y ponerte la ropa y pensar......buf! que gorda/o estoy, estoy horrible, que mal.....piensas.........soy una personas inteligente y fuerte, mira que ojos y sonrisa tan bonita tengo, seguro que hoy pasarán cosas buenas.......lo has probado? Has probado en destacar lo bueno que tienes y lo que no te gusta dejarlo en segundo plano? Pensarás que no es fácil...pero es que no lo es y tampoco es inmediato, es un trabajo arduo y de dedicación, piensa todo lo que te has machacado, ahora toca quererte. ¿Te atreves? No hay nada que perder......y sí mucho que ganar.
Quizá muchos de vosotros os habéis dado cuenta el tipo de psicología que llevo, es psicología positiva, ¿para qué me voy a centrar en lo malo si puedo aumentar lo bueno? ¿Para qué voy a detenerme en hundirme, si puedo flotar?.
Está claro que hay cosas negativas en la vida, en el físico de cada uno y en general en el mundo....si......pero esto va a estar igual, ¿te sirve fustigarte? O para una vida que vas a vivir...¿qué prefieres ser parte del mundo como un vegetal o hacer algo de lo que sentirte orgulloso? ES TÚ DECISIÓN.
Nosotros mismos somos responsables de nuestras evaluaciones negativas, fíjate, una palabra negativa, un pensamiento negativo, lo repites en tu cabeza todos los días......y.....acabas creyéndote que eres eso, toma distancia de ello, son solo palabras, es una evaluación que has realizado en base a nada.....si ha causado tal efecto en ti, prueba lo contrario. Además no solo somos responsables de nuestro propio autoestima también influenciamos en los demás, cuando describimos a alguien no lo describimos, lo evaluamos. Hay dos tipos de evaluaciones, las primarias que son las que describen objetivamente, mide 1,53, pesa 74kg, y las secundarias que son las subjetivas, es bajita, está gorda. Creamos un mundo basado en lo que “deberia ser” y no en lo que somos, y esto es lo que nos lleva a la infelicidad.
 
El autoestima se va creando desde que nacemos, los mensajes que les das a tus hijos directa o indirectamente van creando un niño o niña fuerte o seguro de sí mismo, y cómo actúes tú en tu vida mella en la de tú hijo porque aprende de ti. Es importante trabajarlo para que nuestros niños/as sean adultos fuertes y felices, seguros de si mismos y emocionalmente estables. En la adolescencia cuando hay mayores cambios físicos y cuando nos importa más nuestra imagen y lo que ven los demás de nosotros es donde hay más riesgo de caer en trastornos alimentarios, ya que no tenemos una personalidad desarrollada lo suficiente y puede que nuestras vulnerabilidades y otros factores externos nos lleven a caer en controlar nuestra vida mediante el aspecto físico y pensar erróneamente que esto nos hará felices.

Vamos a medir nuestra autoestima mediante la escala de Rosenberg, es una escala con una fiabilidad del 80%. ¿Os ha salido un resultado no esperado? Vamos a trabajarlo: para llegar a tener una buena autoestima debemos trabajar diferentes conceptos según Jesús Díaz Ibáñez:
  • Autoconocimiento: conocer las necesidades de uno mismo, cómo actuamos y nos sentimos, para ello debemos de ser conscientes de quiénes somos.
  • Autoconcepto: las creencias que tenemos sobre nosotros mismos, para ello tenemos que ser coherentes y firmes con nuestros valores y sentimientos.
  • Autoevaluación: hacer una evaluación de nuestra situación actual, cambia lo que no te guste y crece con lo que estás de acuerdo. Sé responsable de tu cambio y tú felicidad.
  • Autoaceptación: admite cómo eres físicamente y con tu forma de ser y sentir. Acepta tus fortalezas y debilidades.
  • Autorespeto: atiende a las necesidades básicas descritas anteriormente en la pirámide de Maslow, quiérete.
  • Autoestima: una vez aceptado cómo eres, actuarás como un todo integrado, pensando, siendo y actuando en congruencia.

Os pronpongo un ejercicio: coge dos papeles, en uno escribe 5 cosas que no te gustan de ti, y en el otro escribe 5 fortalezas. Por ejemplo una cosa física que no te gusta puede ser tu peso, una cosa que sí te gusta puede ser tu sonrisa, respecto a tu personalidad, una cosa que no te gusta puede ser no tener fuerza de voluntand, una cosa que sí te gusta puede ser tu sociabilidad con los demás.
A continuación escribe al lado de tus fortalezas lo que has conseguido en tu vida siendo así.
Bien, ahora coge la lista de los aspectos negativos y rómpela en todos los cachos posibles que puedas, ¿ya?, pues ahora coge la lista de tus fortalezas y ponla en un sitio que puedas ver todos lo días.
Cada días que te levantes, léela. Recuerda quién eres......

viernes, 18 de agosto de 2017

APOYO PSICOLÓGICO EN EMERGENCIAS Y CATÁSTROFES


No se si es momento o no de hablar sobre estos temas, pero quiero aportar mi granito de arena, quiero hablar en este post sobre el apoyo psicológico en situaciones de emergencias y catástrofes, hace poco acabé un curso en cruz roja precisamente sobre esto, por mi profesión, para entender, para apoyar, para prepararme....si.......para prepararme.....y no solo como psicóloga, sino como persona porque por desgracia vivimos en un mundo cruel, hay gente muy buena pero gente fanática que se cree con derecho a quitar la vida a otras personas, y me puede tocar a mi, te puede tocar a ti....además me da igual el motivo de fondo, estamos hablando de que matan, instauran miedo y desestabilizan a la sociedad y me indigna, me da rabia como a muchos de vosotros.
No estamos preparados psicológicamente para soportar desgracias de esta índole, lo vemos cada dos por tres en los medios de comunicación, no solo los atentados terroristas sino también accidentes, enfermedades, guerras, hambre, en general, desgracias.....vivimos en nuestra burbuja de “felicidad” ajenos al dolor real, subidos a la rueda de la rutina, que al final es necesaria porque hay que seguir viviendo y disfrutar de lo bueno de la vida, pero hay dolor, existe y lo vemos desde lejos, hasta que nos toca de cerca no somos conscientes o no empatizamos lo suficiente con los demás.

Quiero hablaros de los síntomas y sensaciones que pueden tener las víctimas, familiares y personas que ya pasaron por ello y reviven de nuevo todo al verlo en los medios de comunicación, que comprendan que todo aquello que les pasa es normal, que no le vamos a poder quitar ese dolor, pero que disminuirá poco a poco, que podemos enfrentarnos a ello y no están solos. También para todos aquellos que quieren comprender y saber cómo ayudar y enfrentarse a cualquier situación que requiera un elevado estrés emocional.

Seguramente cuando te ha ocurrido o ves que ocurren cosas así te plantees la bondad de la humanidad....creo que esto ya se ha tambaleado en todos nosotros, desde pequeños nos enseñan que hay que portarse bien, que vivimos en un mundo seguro protegido por nuestros padres y cuando crecemos nos damos cuenta de que el mundo es hostil y no siempre podemos tener control sobre los acontecimientos. Lo que estás sintiendo es normal y le ocurre a todas las personas que pasan por la misma situación o similares.
El principal síntoma que puedes tener es el de pérdida, porque has perdido a un familiar, un amigo, un conocido, porque has perdido salud, cosas materiales, relaciones personales, confianza, dignidad, seguridad, confianza en el futuro, control sobre la vida......pueden ser muchos motivos pero todos ellos nos lleva a la misma sensación. Es posible que tengas o sientas tristeza, rabia, enfado, ira, desesperanza, temor o miedo, culpabilidad por estar bien y otros no o por no poder haber hecho algo, por no anticiparlo, problemas para dormir, pesadillas, cambios en el apetito (comes demasiado o poco), problemas para concentrarte, sentimientos de impotencia, ganas de estar solo o acompañado todo el tiempo, mal humor o irritabilidad. Puede que tengas síntomas físicos como dolor de estómago, de cabeza, alteraciones de la piel, alergias, resfriados (American Red Cross, disaster services).
 
En el caso de pérdidas tendrás que hacer frente al duelo, éste pasa por diferentes fases, no tiene porqué ser en el mismo orden, pero en general será lo que te ocurra, hasta que seas capaz de aceptar la situación y seguir con la vida sin el fallecido, no que le olvides, sino que puedas seguir adelante y comprendas que la muerte es un hecho inevitable que forma parte de la vida, es necesario que tengas la información sobre lo que te va a ocurrir para saber cómo afrontarlo.
Según Kübler-Ross son: negación (mecanismo de defensa para amortiguar el golpe, no creerás lo que ocurre y no lo aceptarás ya sea de manea consciente o no, “esto no puede estar pasándome a mi”), ira (enfado con todo y con el mundo en general), negociación (mecanismo de defensa para hacer frente a la realidad, prometer a Dios o en quien creamos que sino ocurre, si vuelve el fallecido, si....seremos mejores personas...), depresión (tristeza, desesperanza, inicio de la aceptación de que ya no está con nosotros y no volverá a ser lo mismo), aceptación (somos conscientes de lo ocurrido y seguimos con la vida, situando al fallecido en nuestros recuerdos). En cualquier fase, deja que te ocurra, siéntelo, es normal, pasará. Es nuestra propia psique y nuestro cuerpo con las reacciones físicas que conllevan todas estas etapas el que está curándote, el que te está ayudando a comprender y evolucionar, adaptarte al mundo con todas las cosas que ello conlleva. Comenzarás a estar mejor cuando vuelvas poco a poco a tu rutina habitual y tu atención esté en otras cosas y no en lo ocurrido. Si tus síntomas continúan más de 6 meses es probable que necesites la ayuda de un profesional, en cuanto a las fases del duelo se establece aproximadamente enre 1 y 2 años, pero esto depende de la persona.

Para enfrentarnos a ello en la primera fase de impacto es esencial que comprendas que todo lo que te ocurre es normal, exprésalo y rodéate de la gente que te quiere durante los primeros días. Es importante el apoyo y cariño de los nuestros y sobre todo que te escuchen o simplemente estén acompañándote, lo que necesites. También es esencial el apoyo de la sociedad, tu comunidad y servicios sociales. Más adelante tendrás que enfrentarte a ese dolor, y te sentirás solo, porque por mucho que quieran los tuyos no pueden hacer un trabajo que es expresamente interior. 
Inicialmente hay que aceptar la situación, después trabajar con las emociones (saber qué estamos sintiendo y que es normal es esencial en el transcurso de nuestra recuperación) adaptarnos al medio donde no está el fallecido o donde sucedan cambios a consescuencia del suceso, recolocar emocionalmente al fallecido o nuestros sentimientos y continuar viviendo. Por ejemplo la pintura, lectura, escritura, deporte, ocio...cualquier aspecto que se relacione con él o ella te hará sentir bien y te ayudará a expresar tus sentimientos, en el caso de que no fallezca alguien cecano pero la situación te supere cualquier cosa que hagas para evadirte será de ayuda, una vez pasadas las anteriores fases, ya que negarlo o reprimirlo a largo plazo no te servirá y tendrás consecuencias a nivel psicológico y físico. No hay tiempo establecido para superarlo, cada persona tiene su ritmo. Si persiste mucho y los síntomas se agravan es cuando pasa de ser un duelo normal a un duelo crónico, donde necesitarás ayuda de un profesional y no pasa nada, no todo el mundo sabe cómo enfrentarse a ello y menos en estas situaciones tan extremas, buscar ayuda no es de ser cobardes, todo lo contrario, es de ser valientes, fuertes y es de ser inteligentes porque te cuidas y piensas en tu salud. Aparta el estigma social y anticuado de que ir a un psicólogo o psiquiatra es de “locos”, seamos conscientes de que si te duele una muela vas al dentista, si tus emociones te avisan de que estás mal, triste, ansioso, lo que sea.....y también te causa dolor.....ve al psicólogo.

Hablar de las técnicas en cada etapa es extenso, pero os quiero comentar una técnica que me parece importante porque da resultados positivos. Sirve para expresar lo que uno siente respecto a la persona fallecida, respecto a un situación o incluso un aspecto de nuestra personalidad. Se llama “silla vacía” de Fritz Perls, es una técnica dentro de la psicoterapia, específicamente dentro de la Terapia de la Gestalt.
Consiste en reproducir un reencuentro para dialogar y conectar emocionalmente con esa persona, aceptando la situación y dando una explicación de lo ocurrido. Nos sentaremos en la silla contraria cuando hablemos en lugar de la persona y en la nuestra cuando hablemos por nosotros mismos. Hay que focalizar la atención y para ello imageramos que tenemos a esa personas sentada a nuestro lado y la describiremos en voz alta, para hacerla lo más presente posible, se llama dar forma a la figura y comenzaremos a hablar con ella, es aquí donde saldrán todas las emociones y donde podemos expresar todo lo que necesitemos, nos ayudará a expresar lo que hemos vivido y a buscar la manera de recolocar esas emociones viviendo de forma diferente. Es importante hacer esta técnica junto a un terapeuta ya que él sabrá reconfortarte tras la técnica y guiarte durante el proceso. Al igual si queremos trabajar lo ocurrido sin que haya fallecido nadie, hablaremos sobre ello, lo que sentimos y pensamos en el momento y cómo vamos hacer después. Nos ayudará a expresarlo, soltarlo, entenderlo, compartirlo y hacerle frente buscando soluciones.

Me despido con este fragmento de Mario Benedetti “No te rindas”:

“No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros y destapar el cielo.
Porque existe el vino y el amor, es cierto,
porque no hay heridas que no cure el tiempo,
abrir las puertas quitar los cerrojos,
abandonar las murallas que te protegieron.
Vivir la vida y aceptar el reto,
recuperar la risa, ensayar el canto,
bajar la guardia y extender las manos,
desplegar las alas e intentar de nuevo,
celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento,
aun hay fuego en tu alma,
aun hay vida en tus sueños,
porque cada día es un comienzo,
porque esta es la hora y el mejor momento,
porque no estás sola,
porque yo te quiero”.



viernes, 11 de agosto de 2017

¿ES POSIBLE TENER ESTRÉS EN VACACIONES?

Durante todo un año de trabajo, estrés, niños, familia, facturas, casa....esperamos las deseadas vacaciones. Cómo las disfrutemos y cómo vengamos de ellas es responsabilidad exclusivamente nuestra. Socialmente hay un idílico concepto entorno a lo que tienen que ser unas vacaciones, una paradisíaca playa lejos del tumulto de la ciudad, una casa rural perdida en el monte más chic del momento, un tour por las ciudades más representativas...y esto está muy bien, realmente bien....siempre que sea lo que tú quieres y no lo socialmente establecido. El escaparatismo social hace mella también en ésta época del año, sino cuelgas una de estas fotos en las redes sociales no estás siendo feliz como todos los demás, ¿lo haces para compartirlo o lo haces por alardear?. Esto es un arma de doble filo a nivel psicológico, tu felicidad y bienestar emocional es lo que a ti te gusta hacer, algo que sea positivo y que te de la energía necesaria para regresar al mundo rutinario y no lo que se tiene que hace porque lo hacen todos los demás, ya que en ese caso te creará estrés, frustración, vacío, envidias, en general generará emociones negativas.

Hay varios perfiles que muestran claros síntomas de estrés vacacional, tenemos aquellas personas que están acostumbrados a un ritmo de vida alto, de gran actividad, cuando por fin tienen tiempo libre no saben que hacer con él, aflora el aburrimiento y no saben que es lo que les da placer, aquello que les relaja o les ayuda a desconectar. Es muy importante conocerse a sí mismo para aprovechar al máximo estos días. Otro perfil es aquel que cuando tiene que pasar más tiempo junto a su pareja, familia, amigos, salen problemas subyacentes, ocultos por las ocupaciones diarias pero que al tener más contacto afloran, creando un estrés añadido. Es por eso que aumentan el número de separaciones pasado el verano. También problemas familiares o con amigos, aquellos que no aguantas o tienes redecillas del pasado pero que por compromisos tienes que estar con ellos, aumentando tu nivel de estrés en vez de disminuirlo. Tenemos también el típico/a ejecutivo/a, empresario/a, jefe/a o dueño de su propio negocio que no logran dejar el trabajo durante sus vacaciones, llevándose el portátil, ipad, móvil o cualquier tipo de tecnología a todos los lados, incapaz de desconectar y la sensación de no estar aprovechando el tiempo de descanso. A todo esto añadimos el tráfico, las maletas, los niños que se pelean y se cansan, retraso o pérdida de vuelos, llegar al destino y que no sea lo que aparecía en la página web cuando hiciste la reserva, adaptarse a un nuevo sitio, acumulación de gente....¿Te lo has planteado alguna vez? ¿Es tu caso alguno de estos?


¿Cómo detectar que tengo estrés? Los síntomas más comunes son: dolor o tensión muscular, dolores de cabeza, agotamiento o fatiga, problemas gástricos, taquicardias o palpitaciones, opresión en el pecho, sudoración fría en manos y pies, sequedad de boca, dificultad para respirar, temblores o inquietud, nerviosismo, falta o aumento de apetito y sueño, sensación de nudo en la garganta, deseos de llorar y gritar, preocupaciones y pensamientos negativos, dificultad para concentrarse, pensar, mala memoria, dificultad para tomar de decisiones, sensación de que hay algo que te supera, cambios de humor, problemas sexuales, rechinar de los dientes, tics. Si te sientes así, está claro que tiene estrés y que en tu mano está hacer algo por solucionarlo, planea tus vacaciones con antelación para evitar que surjan imprevistos y para hacer lo que realmente de hace feliz dentro de las circunstancias de cada uno. Desconecta de todo aquello que te produce estos síntomas, relájate y busca cosas que te gusten, que te hagan disfrutar, júntate con personas que te aporten energía positiva y no más problemas. El dinero no es una excusa, siempre podemos hacer escapadas, ir al campo, a la piscina, a museos, hacer deporte o actividades que nos agradan...querer es poder. Tú decides, ¿eliges el camino del estrés o el de la relajación?

Como sois personas listas ;-) y vais a ir por el buen camino....os dejo una técnica de relajación, viene de la terapia de relajación progresiva, de Jacobson y os puede ayudar en el caso de que tengáis los síntomas anteriormente comentados. Es una terapia que consiste en tensar y relajar los músculos del cuerpo, no solo notarás más relajado tu cuerpo, también tu mente ya que te concentrarás exclusivamente en focalizar tu atención en las sensaciones que se producen al tensar y relajar tu cuerpo, evadiéndote de cualquier otro pensamiento. Busca un lugar agradable y tranquilo, sin ruidos, sin tecnología, donde estés solo y no te interrumpan, lleva ropa cómoda, descálzate y siéntate en una silla. Son tres fases, en la primera tendrás que tensar los músculos que te indicaré a continuación durante 5 segundos y relajarlo inmediatamente después durante 5 segundos, volviendo a la posición original. 
  • Manos – brazos: Puños: cierra los puños fuertemente y suelta, ahora la parte anterior de los brazos: dobla el brazo por el codo y aprieta fuerte hacia tu cuerpo. Parte posterior de los brazos: extiende los brazos todo lo que puedas.
  • Nuca y hombro Nuca: aprieta la parte posterior de la cabeza contra el respaldo de la silla. Hombros: encoge los hombros todo lo que puedas.
  • Ojos-cejas-frente: Ojos y cejas: frunce el ceño y cierra los ojos. Frente y cuero cabelludo: eleva las cejas con los ojos abiertos con la mirada al frente lo máximo que puedas. Siempre que tensen no te olvides en relajar la zona volviendo a la posición original lentamente.
  • Cuello-boca: Boca: tensa los músculos de los labios y rostro, presionando ligeramente los labios. Mandíbula: aprieta los dientes como si mordieras algo muy fuerte. Cuello: coloca la lengua en el paladar y empuja hacia arriba todo lo fuerte que puedas.
  • Tronco- pecho: Pecho: respira profundamente durante 5 segundos y luego echa aire, con la sensación de dejarte llevar, nota como el aire que entra es caliente, ahora inspira y nota como es fresco, limpio, te renueva por dentro. Estómago: encoge los músculos del abdomen como si te fueran a dar un puñetazo.
  • Piernas- caderas: Piernas: aprieta los muslos y nalgas, extendiendo los pies hacia abajo tanto como puedas.
En la segunda fase repasa mentalmente las partes que hemos trabajado y en aquella donde notes tensión repite el ejercicio. Por último en la tercera fase deja tu mente en blanco o piensa en algo que te sea agradable (un paisaje por ejemplo) durante 1 minuto.

 No todo es estrés y aspectos negativos, finalizaré el post viendo los beneficios de unas buenas vacaciones, esto hará que te plantees si merece la pena dedicar un tiempo a saber lo que quieres y organizarlo con antelación. Indudablemente mejora el estado de ánimo, son épocas donde los días son más largos, hay más luz solar, más tiempo para el disfrute de uno mismo y de los que más queremos. Mejora la salud, disminuye la presión sanguínea y disminuye el riesgo de enfermedades causantes del estrés. Disfrutamos de experiencias nuevas y enriquecedoras ya que se añaden a nuestros recuerdos como momentos positivos y sensaciones placenteras, mejorar las relaciones personales. Tenemos más tiempo para conocernos a nosotros mismos y hacer cosas que nos refuercen positivamente, además de analizar el año y plantearse si hay que cambios que hacer. A la vuelta vendremos con más energía y descansados con lo que nuestro rendimiento aumentará. Y como hay que dar ejemplo con lo que uno dice, una servidora se va de vacaciones! nos vemos a la vuelta! Como deberes para estar vacaciones os dejo este consejillo....desconectar!

viernes, 4 de agosto de 2017

S.O.S ¿ESCUCHAS A TU CUERPO?

Llevaba una semana con migraña y esto me hizo pensar en varias cuestiones, en primer lugar que ya eran demasiados días para un simple dolor de cabeza...que podía haber algo de fondo....como el estrés, los cambios, la temperatura....estaba claro, necesitaba vacaciones! en cualquier caso me dio la idea de compartir con vosotros cómo influyen estas variables en nuestra salud y cómo nuestra manera de ser puede ser un factor protector o devastador.
Como psicóloga sigo un modelo llamado biopsicosocial (Engel), que entiende que el ser humano está constituido por una parte social, una parte biológica y una parte psicológica. La salud dependerá por tanto de todas ellas, el ambiente en el que vivamos, el estilo de vida que llevemos, la herencia que recibamos de nuestros padres y la prevención. Es en la parte del estilo de vida donde nosotros de manera activa somos los responsables de cambiar ciertos factores o no para prevenir o mejorar nuestra salud. Si te duele la cabeza, si tienes dolor de espalda, si te notas muy cansado, si tienes síntomas continuados sin un diagnóstico médico...........S.O.S!!!!! está claro que tu cuerpo te está dando una señal y en tu mano está hacerle caso o no.

A esto se le llama somatización, es decir como los procesos psicológicos relacionados con las emociones pueden desencadenar dolores en nuestro cuerpo o tener síntomas similares a una enfermedad. Una de las principales causas es el estrés, éste influye en el desarrollo y curso de numerosas enfermedades, es el llamado estrés psicosocial. Como por ejemplo en los trastornos cardiovasculares, enfermedades infecciosas, disminuye las células NK (natural killer) encargadas de atacar células cancerosas, alergias y problemas de piel, enfermedades gastrointestinales, asma, diabetes, dolor crónico, fibromialgia, dismenorrea primaria, cefaleas... Otro factor a tener en cuenta es nuestra personalidad, ésta está marcada por cinco grandes rasgos (Big Five) según Costa y McCrae son: apertura a la experiencia, responsabilidad, extraversión, amabilidad, y neuroticismo o inestabilidad emocional. Ser de una manera u otra nos lleva a tener más probabilidades a desencadenar un tipo de enfermedades o a protegernos de éstas. Esto no quiere decir que sea la causa sino que puede influir. Como factores protectores tendríamos la amabilidad, extroversión y apertura a nuevas experiencias ya que éstas nos llevaría a tener más apoyo social y mejores estrategias de afrontamiento, basadas en el problema y no en la emoción. Por el contrario el neuroticismo y la alta responsabilidad son consideradas perjudiciales. Vamos a verlo!

 
Una persona neurótica es según Eysenck, alguien inestable emocionalmente, que responde ante las situaciones de manera emocionalmente exagerada (Schneider) y con dificultad para volver a un estado de activación calmado. Estudios relacionan este factor con la manera en cómo nos enfrentamos al estrés (Contrada y Coups, 2003) y la valoración que hacemos.
Si tenemos un problema o situación estresante y nos enfrentamos a ello evitándolo o negándolo, lo estamos haciendo de manera pasiva y centrándonos en las emociones, intentado escapar lo antes posible para sentirnos mejor, en este caso el resultado será desadaptativo creando una valoración negativa ante el evento y sin resultados satisfactorios. Si este estresor es continuado nuestro cuerpo comenzará a tener repercusiones en nuestra salud (síndrome general de adaptación de Seyle) afectando negativamente a nuestro organismo a todos los niveles (neural, endocrino, hormonal).
Otras variables de personalidad que afectan a la salud son la hostilidad o ira relacionadas con enfermedades cardiovasculares (Gallo y Matthews, 2003) y el patrón de conducta tipo A (Freidman y Rosenman, 1959), que consiste en ser una persona con necesidad de logro y poder, excesiva responsabilidad y exigencia, estrés laboral, hostilidad, competitividad, impaciencia y neurótica. Otro tipo de personalidad es la llamada Distressed (Denollet, 1996) que son personas que inhiben conscientemente las emociones causando un estrés añadido ante situaciones negativas. Se ha relacionado esta personalidad junto a otros factores como pérdidas emocionales, alto neuroticismo y psicotisicmo, baja extroversión con el desarrollo de la enfermedad de cáncer.
Os dejo un link con el cuestionario BFQ, de los cinco grandes que os evaluará los rasgos comentados anteriormente.
Con ello podéis haceros una idea de cómo es vuestra personalidad y si hay ciertos rasgos que tendríais que modificar para mejor vuestro estilo de vida.

¿CÓMO PUEDO HACERLO?

La psicología positiva habla de tres factores que nos protegen ante la enfermedad, la inteligencia emocional, el afecto positivo y el optimismo.
La salud no solo es ausencia de enfermedad, según la OMS, sino también la adquisición y mantenimiento de comportamientos saludables y mejoras en la calidad de vida. Por lo tanto somos seres activos que tenemos que hacernos responsables, en cierta medida, de nuestra calidad de vida. Seguir un estilo de vida saludable y una visión de vida positiva serán factores clave en la salud.
Cuando tengamos situaciones problemáticas o que nos causen estrés la estrategia de afrontamiento es mediante la solución de problemas y no mediante la emoción. La terapia de solución de problemas es de los autores D´Zurilla y Goldfried (1971) nos ayudará a tomar decisiones ante el problema, se basa en 5 fases: